Encuentro Digital con Laura Pérez Torres

Buenas y calurosas noches, estamos con nuestra invitada Laura Pérez Torres que va a contestar en la próxima hora a todas vuestras preguntas sobre Escritura Creativa y os propondrá algunos ejercicios para potenciar la imaginación y la técnica.

¡Comenzamos a responder algunas de las preguntas!

Hablemos de escritura creativa.

Primera invitada al encuentro digital formativo.

P.- Hola a tod@s, voy a hacer varias preguntas a Laura y la primera era sobre ¿El escritor nace o se hace? (Lourdes Martín, Cáceres).

R.- Somos narrativos por naturaleza, todos contamos historias continuamente. La literatura, como cualquier otro arte, es la fusión de una parte irracional (la musa, el don, la inspiración, el genio…) y otra racional (la técnica). El componente irracional o emocional no se puede enseñar –hay que buscarlo dentro de uno mismo-. Pero se puede potenciar: trabajando la imaginación, enriqueciendo el lenguaje y aprendiendo a desarrollar un cierto “instinto narrativo”, una forma de mirar el mundo que seleccione aquello que nos interesa contar. La parte técnica si puede enseñarse. La han desarrollado muchos autores a través de siglos y culturas. Es una cadena que une a los escritores de una generación con los de otra ya que la única forma de asimilar las técnicas literarias es practicarlas.

P.- ¿Es necesario ser un gran lector para llegar a ser escritor? (Tamara, Campillos (Málaga)).

R.- La lectura es la primera y más importante fuente de inspiración del escritor. Todos los escritores se basan en otros y absorben técnica y contenido para crear lo que, al final, será su propio estilo. Indudablemente la respuesta es sí.

P.- En primer lugar, gracias por estos encuentros, debéis estar súper ocupados y ¡aún así sacáis tiempo para los amateurs! ¿Qué consejo nos darías a los que estamos iniciándonos en la escritura creativa y no terminamos de encontrar un género? ¿Es una buena idea basarnos en nuestros gustos lectores? (Marta, El Puerto de Santa María (Cádiz)).

R.- Gracias a ti Marta por participar en este encuentro, yo estoy encantada de poder compartir ideas con vosotros. Con respecto a tu pregunta, antes cabría recordar de forma esquemática cuáles son los géneros literarios:

NARRATIVA: Conjunto de la producción escrita que engloba la novela, el relato, el cuento, el mito, la fábula, la novela corta, el poema épico, etc. El concepto abarca todas las obras en las que se describe un hecho. Debe incluir una o diversas secuencias y ha de contar como mínimo con un personaje caracterizado. Es necesario también que se desarrolle un proceso de transformación que modifique la situación inicial del personaje.

POESÍA: Una interpretación primaria y directa de lo poético viene dada por la etimología de la palabra «poesía»: la poiesis para los griegos significaba «creación». El poeta era considerado el creador del lenguaje, con sus figuras y su ritmo, y del objeto del lenguaje, realizado en la arquitectura del poema. Actualmente el término «poesía» todavía es confuso y difícil de definir. Puede explicarse como el arte de evocar y sugerir sensaciones, impresiones, emociones o pensamientos mediante la estructuración de las palabras, los sonidos, el ritmo o la armonía, entre otros, especialmente a través de los versos.

TEATRO: Nombre que reciben los llamados géneros dramáticos; los géneros naturales o teóricos son originariamente la tragedia y la comedia, a los que posteriormente se suma el drama. El teatro es el género de la acción. El autor desaparece detrás de los personajes y detrás de los estados, procesos y acciones de éstos. Los textos dramáticos tienen como forma de comunicación la representación, por la cual actúan los personajes. También la lectura es una forma de representación, aunque no posibilita la comunicación teatral plena. En la representación sólo hay expresión de los personajes, todo lo dicen ellos, y no hay mediación de un narrador (a no ser que se le incluya como un personaje más). La fábula se construye a través del devenir de la acción de una escena a otra, a partir de los diálogos de los personajes.

Lo fundamental en todo escritor es que tiene que divertirse escribiendo, por tanto, si como más disfruta es haciendo relatos, poesía o teatro, adelante. Y, por supuesto, parafraseando el dicho «dime qué lees y te diré quién eres», es muy significativo para un escritor los autores que le gustan, estos siempre dejan una huella en su estilo y le ayudan a seguir la máxima: disfrutar escribiendo.

P.- Buenas noches, felicidades por la iniciativa, me gustaría formular dos preguntas a Laura. La primera es que llevo algunos años escribiendo,  me centro en el relato, y desde hace unos meses estoy bloqueado, las ideas parecen no querer aparecer. ¿Alguna técnica, fórmula o método para volver a conseguir tener una producción creativa constante? Y, la segunda, ¿podrías dar algunos consejos en cuanto a escribir relatos ya que parece que también tu producción se ha centrado mucho en ellos? (Liberio Aguilera, Asturias).

R.- Buenas noches Liberio, gracias a ti por participar en este encuentro creativo. Tu primera pregunta es algo delicada ya que no existen fórmulas mágicas para generar ideas. Existen técnicas creativas y, sobre todo, mucho trabajo diario. No hay que tener miedo a desechar, de hecho es algo con lo que todo escritor debe aprender a trabajar, con un criterio selectivo y crítico hacia su obra, eso sí, sin olvidar dejar enfriar el texto pasados unos días o incluso meses. Además de lápiz y papel, un escritor necesita:

-Desarrollar y enriquecer su capacidad expresiva a través del lenguaje. Esto se logra con juegos como los que vamos a realizar a continuación y leyendo mucho.

-Buscar un espacio y un tiempo propios para la escritura.

-Volver atrás y “desempolvar” su imaginación. El germen de una idea puede encontrase en cualquier lugar únicamente hay que intentar mirar con otros ojos o darle un enfoque diferente para poder sacar partido de una situación. Por ejemplo, una vez viajando en el Cercanías, a una mujer se le abrió la bolsa de la compra y un limón rodó todo lo largo que era el vagón de un extremo a otro. La idea de una chiquillo rondado por la playa con características parecidas al limón me hizo crear el relato Mi Primo Limón, con un leve toque de fantasía. Hay que aprender a mirar con los ojos de un niño, con curiosidad por todo y preguntándose porqué.

Con respecto a la segunda, voy a enumerar un decálogo que me parece muy útil sobre la creación de relatos de EL DESVÁN DE LA MEMORIA.

DECÁLOGO EXPRÉS

1. Sé breve. Si te gusta extenderte, pásate a la novela. El relato es una idea única, no divaga. Es breve. La novela es construir un muro de ladrillos, el relato es la ventana, la chimenea o un rincón donde vemos una tela de araña.

2. No te apartes de la idea principal que ha generado tu relato. UN RELATO NO ESTÁ LIMITADO EN EL TIEMPO, no se trata de narrar algo que sucede en unas horas, sino una misma idea. La unidad produce en el lector un efecto.

3. Engancha al lector desde la primera línea e intenta que no pueda separarse de la historia hasta el final. Lograr la tensión dosificando la información y un empleo adecuado de la intriga. Creer falsas pistas o utilizar pistas intrigantes. Lo que anticipamos en el relato no debe darnos una idea de cuál será final, sino acrecentar el interés o encaminarnos a la sorpresa. El trato entre el lector y el escritor: él se cree la historia si esta está contada de forma verosímil. Hay que tener en cuenta que todo relato tiene que incluir un conflicto, incluso éste puede no aparecer textualmente en el relato, sino que el lector lo intuya o lo sobreentienda.

4. Usa la descripción con mucho cuidado. Si de verdad eres breve, cada palabra y cada frase se convertirán en imprescindible.

5. No expliques, ¡muéstralo! En lugar de decir: “estaba triste”, pon un pañuelo en sus manos, haz temblar sus labios y humedece sus ojos, que la palabra “tristeza” quede en la mente del lector sin que tú lo hayas escrito. El lector debe visualizar lo que se le va a mostrar. La literatura se diferencia de los demás textos porque expone los hechos de manera armoniosa, cuidando la belleza del lenguaje y trasmitiendo emociones y sentimientos.

6. Todo detalle en el relato cumple una función, si no hay que quitarlo. Un sillón verde, un perro cojo. Lo hace el cine.

7. Hay que tener en cuenta cómo se va a contar y desde qué punto de vista la idea.

8. Lee muchos relatos y a muchos autores. Cuántos más, mejor. Aspira a ser como cada uno de ellos y como todos a la vez; así acabarás siendo tú. Para escribir hay que leer. La imitación no está prohibida, sino recomendada: ayuda a aprender. Todos los grandes escritores han imitado al principio a los maestros que admiraban. Muchos aconsejan tomar notas, llevar una libreta encima y apuntar aquello que nos llama la atención: una conversación, los rasgos de una persona que nos parezca curioso o la historia que nuestra vecina le cuenta al panadero. Anotar todo aquello que llama la atención ayuda a la hora de utilizarlo más tarde.

9. Un relato cuenta siempre dos historias. Al final, al lector le ha de sorprender la historia oculta, un mensaje, una revelación.

10. Piensa si los personajes son creíbles.

P.- Buenas noches, Laura. Quiero empezar a escribir  mi primer relato pero no sé muy bien si centrarlo en un único personaje (o pocos) o, si por el contrario, es mejor incluir muchos para que la historia no sea aburrida o sosa. ¡Gracias! (Aurora, Alicante).

R.- Buenas noches Aurora, la clave en un relato, como bien se ha dicho anteriormente, está en la historia. Si te quieres centrar en los personajes es mejor la novela. De hecho, lo importante es el conflicto. A priori una escena de una madre y una hija en un comedor puede parecer «sosa» (soy de la firme opinión de que ninguna escena es aburrida sino que hay que saber qué enfoque darle) a no ser que la hija le esté contando a la madre que se va a casar con su padrastro o la madre le esté confesando a la hija que tiene cáncer. Es el conflicto el que enriquece un relato, de hecho sería un problema incluir muchos personajes ya que en un texto breve no da tiempo a presentarlos a todos, ni a conocerlos en profundidad. Y como veremos más adelante, la creación de personajes es un verdadero arte.

P.- Esta es mi segunda pregunta de esta noche, ¿errores qué debemos evitar al escribir una novela? Me cuesta mucho escribir con intensidad narrativa todos los capítulos. (Lourdes Martín, Cáceres).

R.- Buenas noches de nuevo Lourdes, voy a contestar a la primera pregunta con algunos de los errores más comunes, y a la segunda con consejos del mismísimo Mario Vargas Llosa.

Errores comunes

1. El personaje principal se vuelve pasivo porque no está bien trabajado.

2. No presentar al Personaje Principal en los primero párrafos.

3. Derrochar ideas-argumentos-caracteres.

4. Falta de previsión ¿Qué estoy haciendo yo aquí?

5. Diálogo (no obsesionarse, a no ser que la técnica sea esa como en ‘El Jarama’).

6. Parar demasiado pronto.

7. No dejar descansar la historia.

8. No ensayar comienzos diferentes.

9. No planear el clímax desde el principio.

10. Tomar demasiado tiempo para repasar.

11. Estructuras ilógicas. Recordad eso de que la literatura exige un pacto entre el escritor y el lector: el escritor cuida la verosimilitud de su relato y, a cambio, el lector “suspende su incredulidad” mientras dura la narración.

Consejos a un joven novelista de Mario Vargas Llosa

  1. Sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda.
  2. No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción.
  3. La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio.
  4. En toda ficción, aun en la de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida, una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Me atrevo a sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo tanto, la invención químicamente pura no existe en el dominio literario.
  5. La ficción es, por definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y toda novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos de los circos o teatros.
  6. En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas.
  7. El novelista que no escribe sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente escoge asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal novelista (aunque alcance el éxito: las listas de bestsellers están llenas de muy malos novelistas).
  8. La mala novela que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la verdad de la mentira que nos cuenta.
  9. La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir.
  10. La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético.
  11. La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata.
  12. Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un narrador, su representante o plenipotenciario en la ficción, él mismo una ficción, pues, como los otros personajes a los que va a contar, está hecho de palabras y sólo vive por y para esa novela.
  13. El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo psicológico, no del cronológico, un tiempo subjetivo al que la artesanía del novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este modo que su novela tome distancia y diferencie del mundo real.
  14. Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes uno de otro, y que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia interna que es el poder de persuasión de una novela.
  15. Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos límites (es decir, si no se resigna a esconder ciertos datos), la historia que cuenta no tendría principio ni fin.

Aquí acaban las preguntas del encuentro digital, a continuación vamos a dejar unos ejercicios online para todas aquellas personas que quieran participar que los hagan y Laura Pérez Torres se los enviará comentados. Gracias a todos por participar, ¡hasta la próxima tertulia 3.0!