¿ Cómo aprendemos ?

¿ Cómo aprendemos ?

¿ Cómo aprendemos ?

Hoy en día aprender no significa únicamente memorizar la información, sino que es necesario también:

  • Comprender la nueva información.
  • Analizar la información.
  • Considerar relaciones con situaciones conocidas y posibles aplicaciones.
  • Sintetizar los nuevos conocimientos e integrarlos con los saberes previos para lograr su “aplicación” a diferentes contextos e inclusión en los esquemas de conocimiento de cada uno.

Cómo aprendemos, por tanto, supone un proceso complejo que va más allá de la simple acumulación de información.

  • Aprendemos relacionando el conocimiento nuevo con el que ya poseemos. También leyendo, escuchando, explorando, investigando, preguntando.
  • Aprendemos de los demás, con los demás y de forma individual.

No hay una única ruta de aprendizaje, sino que las posibilidades pueden ser múltiples. Dependiendo del contexto, del tiempo, de los objetivos y contenidos de aprendizaje, y sobre todo, de las características, intereses y necesidades de las personas implicadas en la formación determinara cómo aprendemos.

 

La Piramide de Glasser

En este contexto, destaca enormemente la figura de William Glasser (1925-2013). Glasser, un psiquiatra norteamericano, realizó importantes contribuciones a la mejora del aprendizaje. Su definición de  cómo aprendemos se resume en las siguientes palabras:

“Buena educación es aquella en la que el profesor pide a sus alumnos que piensen y se dedica a fomentar el diálogo para verificar la comprensión y el crecimiento de los estudiantes”

La investigación de Glasser nos ayuda a comprender cómo aprenden los alumnos y cómo aprendemos todos en general. Para explicarlo propone un esquema que denomina la Pirámide de Aprendizaje.

como aprendemos

En esta pirámide, Glasser expone cuáles son las vías más efectivas para que fijemos el conocimiento. A través de ella averiguamos aspectos tan curiosos como la idea de que cuando explicamos algo a otra persona es cuando más aprendemos. Sin embargo, cuando sólo leemos es cuando menos información retenemos.

Glasser no defiende la memorización para luego olvidar los conceptos tras el examen. Resulta más útil que el alumnado aprenda “haciendo”, por ejemplo mediante la elaboración de trabajos prácticos.

Además destaca la importancia de los estímulos visuales, auditivos y emocionales como complemento para potenciar el aprendizaje. Según el autor, estos estímulos sirven de forma aislada pero si somos capaces de combinarlos, asegurarán el éxito.

Las conclusiones a las que llega se pueden resumir en los siguientes puntos, tal y como queda recogido en la pirámide:

  • Cómo aprendemos: el 95% de lo que enseñamos a otros:

Cuando aprendemos algo y tratamos de transmitírselo a otros, el cerebro clasifica, ordena, elabora y estructura definiciones. Estas deberán ser resumidas y explicadas de la mejor manera posible. Este proceso hace que difícilmente  olvidemos el conocimiento que enseñamos a los demás.

  • Cómo aprendemos: el 80% de lo que hacemos:

Cada cosa que hacemos o hacen los alumnos (leer, escribir, correr, ir a un museo, aprender a montar en bici, etc.) son acciones que quedan  instaladas en nuestro conocimiento de forma estable y permanente. Además, a medida que vayamos repitiendo esas acciones, se convertirán en parte de nuestra personalidad.

  • Cómo aprendemos: el 70% de lo que discutimos con otros:

La conversación,  intercambio de ideas o  reflexión en grupo son una de las mejores herramientas para fijar el conocimiento.

  • Cómo aprendemos: el 30% de lo que vemos:

Vivimos en la era de la supremacía de la imagen, la cual nos rodea a cada paso que damos: fotos en periódicos, revistas, carteles o publicidad en las calles, etc. Todos estos motivos visuales entran en nuestro cerebro y potencian el aprendizaje. Sin embargo, basar el aprendizaje solo en imágenes sería insuficiente porque sin un adecuado refuerzo, los estímulos visuales permanecen poco tiempo en el recuerdo.

  • Cómo aprendemos: el 20% de lo que oímos:

Está comprobado que la memoria musical es muy potente pero, de forma parecida a lo  que ocurre en el terreno visual, su efecto como herramienta pedagógica es prácticamente nulo si no se acompaña de otros tipos de experiencias. Como dice el dicho popular “las palabras se las lleva el viento”.

  • Aprendemos el 10% de lo que leemos:

Finalmente y pese a que la lectura sea el punto de partida, si el acto de leer queda aislado de las demás formas de aprendizaje, sus contenidos caerán en saco roto.

Conclusión

La conclusión más obvia que podemos sacar de esta Pirámide de Aprendizaje es que debemos integrar la capacidad humana para recibir información desde diversas fuentes aprovechando al máximo todas nuestras capacidades sensoriales.

Además, resulta muy importante  fortalecer los aspectos vivenciales y emocionales que permiten relacionar cada estímulo recibido con nuestra propia vida o experiencia.

Siguiendo estas pautas, podremos alcanzar un enorme potencial de aprendizaje, el cual nos servirá de manera permanente y no circunstancial.

 

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